jueves, 27 de marzo de 2014

Un día de duelo a la vez. (Luto por una madre)

Has de vivir un día a la vez y solo ese día no arrastrarás las penas del día anterior y evitarás pensar en el  duelo que te resta por vivir; ha de ser un día y nada más.

Aprenderás cada mañana a vivir sin ella, aunque pareciera que cada noche lo olvidas y al amanecer tendrás que empezar de cero la difícil tarea de saberla ausente.

Encontrarás cada día un motivo para levantarte y vivir esa vida que a ti aún te resta, esa vida que hoy parece carrera obligada para alcanzar a quien se te adelantó. Y en algún momento, ese recuerdo que hoy te paraliza, te moverá a seguir con ímpetu el camino.

Beberás como elixir los pedacitos de alma remojados en lágrimas y al descubrirlos amargos,  sabrás que aunque la vida sabe menos dulce sin ella;  aún te sabe bien estar viva.

Tomarás los días de sorbo en sorbo y de trago en trago; tal vez se atorarán en el nudo de tu garganta, pero con ello te irás llenando de nuevo por dentro.

El aire matutino te parecerá sofocado de ausencia, asfixiante, letal; pero al inhalar desde lo profundo de las entrañas, notarás que su esencia aún permanece y querrás sentir su aroma en cada aliento de tu jornada, entonces, tu respiración será como un dulce alivio para tus heridas.

Algunas noches te sentirás desolada y sin fuerzas, pero la luna te recordará que ninguna oscuridad es tan profunda y esperarás la luz del sol con la certeza de que en alguna estrellita del cielo alguien te manda su amor.

Buscarás en el amigo tu mejor ungüento y su amor calmará tu pena; ya sea con la palabra adecuada o con el silencio perfecto, ya sea compartiendo la risa o compartiendo el llanto, ya sea cobijándote en el abrazo o empujándote a vivir de nuevo.

Y en los días en que tus pies se arrastren desganados, no te detendrás; por el contrario apurarás el paso hacia donde la gracia de Dios te alcance y si desfalleces solo grita con tus últimas fuerzas, que Él vendrá a tu rescate.

Y así, has de vivir un solo día a la vez, descubriendo paso a paso como aliviar la tristeza, porque aunque la extrañarás por siempre, te dolerá cada día un poco menos e irás asumiendo esta separación temporal, siempre con nostalgia, pero cada día con más esperanza.

Has de vivir un solo día a la vez, hasta que sus recuerdos ya no pesen en tu memoria,  su amor no sea lastre sino impulso y tu duelo se convierta en homenaje; entonces, saberla lejos te arrancará inevitablemente una lágrima, pero habrás conquistado la paz, esa que solo tienen quienes viven un solo día a la vez.

martes, 2 de junio de 2009

El hada de los cuentos.

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¿Por que será que hay algunas mujeres que siempre les toca ser el hada del cuento y jamás la princesa?

Algunas incluso, opacan a las mismísimas protagonistas con sus polvos brillantes y su magia; superándolas a veces en belleza, inteligencia, carisma y nobleza.

La mayoría tiene habilidades maravillosas y poderes sorprendentes, procuran hacer siempre el bien y y participan en la trama como cómplices y aliadas, pero jamás protagonizan las historias de amor.

En el final feliz, parecen felices también, aunque no todas lo son; hay algunas que con paso del tiempo van oscureciendo su aura y su magia, convirtiéndose poco a poco en hechiceras o brujas. 


Pero las que en verdad son hadas buenas, permanecen así por siglos y la pureza de su alma les permite seguir siendo siempre bellas y cada vez mas sabias al paso del tiempo; como si hubiesen bebido el elixir de la eterna juventud y la dulzura inagotable.



Creo que el secreto esta en en usar su poder para el bien y no para el mal y en saber que el amor verdadero no sólo esta en el beso de un príncipe. 

Puede que los del error seamos todos aquellos que pensamos que las historias importantes sólo tratan de príncipes y princesas, cuando en realidad cada personaje tiene su propia trama y no siempre se apega a los clichés, tal vez esas otras tramas sean incluso mas emocionantes e interesantes que la de una doncella en apuros siendo rescatada por un noble caballero.